miércoles, 10 de junio de 2015

POMPAS... Y CIRCUNSTANCIAS

             
 La realidad existe en mí mientras pueda percibirla.
Algo es real si me condiciona, si me modifica.

Dime el color de tus sueños, háblame de sus sonidos y formas,
que si me conmueven, los haré míos.

L. de la P.

POMPAS… Y CIRCUSTANCIAS

El niño había esperado impaciente que la lluvia se detuviera bajo la promesa que le hiciera su madre: salir al parque a soplar pompas de jabón.
Casi sin brisa y con una humedad agobiante, Nacho y su madre cruzaron el callejón esquivando charcos de agua y barro, con la ilusión intacta.
Ya estaba atardeciendo y entre los nubarrones, aún amenazadores, se colaban los rayos de un sol apapachado y frío que iba tejiendo su magia en ocres, índigo y magenta. El escenario era perfecto.
Cruzaron el puente sobre el canal y llegaron al parque con ánimo renovado. Hasta ese momento el hostil domingo había sido aburrido y desangelado.
Sobre un banco de piedra dispusieron los enceres. La madre cargó la pipa y armó la burbuja inicial, un tanto despatarrada y poco distinguida, a la que le siguieron algunas francamente mejores.
Los ojos de Ignacio destellaron el asombro de inmediato. Un distorsionado mundo de colores se reflejaba en las fugaces burbujas. Una de ellas, bien gorda, arrastró a varias más pequeñas, y enganchadas unas a otras reptaron por el aire como una gran lombriz.
El cielo anaranjado se imprimía en las delgadas paredes de las bombillas de jabón que lograban sobrevivir a las carajadas nerviosas de Nacho y a sus descontrolados manotazos. De a uno en uno se arrimaban los curiosos, grandes y pequeños sumando a la escena un gran bullicio.
Coronando el espectáculo, una perra y su cría chumbaban dando saltos para masticar las burbujas que quedaban a su alcance.
Cada tanto fabulosas pompas lograban captar por unos instantes las siluetas de niños que Ignacio no conocía, no registraba y se negaba a dejarlos soplar. Ojos de asombro y mocos, manos de pegote y ropa sucia. El mundo se empecinaba en existir y se multiplicaba, mostrándose congestionado sobre la superficie de las efímeras burbujas.
Algunas pompas sobrevolaron los arbustos y llegaron tan alto que Ignacio las creyó invencibles.
―¡Mirá mamá! ¡Suben hasta el cielo!
―Pide un deseo que lo pondremos dentro, ―sugirió la madre mientras sonreía y disfrutaba de la alegría y el piberío ― así, si llega alto, bien alto, seguro se te cumplirá.
Ignacio saltó del banco, tomó el soplador y miró a su madre por un escaso segundo; inspiró largo y dejó salir el aire suave y lento pero con firme decisión: una pompa, la más grande y bella de todas, se desprendió dudosa, tímida y pesada, y como ayudada por todas las miradas ascendió resuelta y diferente.
Nadie se movía, ni los revoltosos perritos, ni los más pequeños, ni los árboles que hasta hacía solo unos instantes se habían mecido con una delicada brisa. Ignacio contuvo la respiración mientras se le iba dibujando una enorme sonrisa triunfal.
La milagrosa pompa en un ascenso perezoso ofreció el más bello de los espectáculos.
A través de su delicada piel se podían divisar los distintos grupos de personas y niños que se multiplicaban en diferentes colores, como copias de sí mismos.  Los pequeños saludaban y gritaban a la vez. Algunas caras mostraban una rara preocupación. Los mayores se abrazaban entre sí. Intentaban decir algo pero las voces no llegaban claras. La pompa era cada vez más grande, y en su ascenso empezó a tomar velocidad. Ya no se los oía. El sonido ya no escapaba de las delgadas paredes.
Ignacio y la mamá la siguieron con la vista. La vieron cambiar su rumbo, virar levemente a derecha,  mientras saludaban a los chicos en un viaje deseado, caprichoso y fugaz.

Laura
Mayo de 2015

Copyright © 2014 Laura de la Peña
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martes, 6 de enero de 2015

PALABRAS


PALABRAS

¿Qué significado tienen las palabras escritas? ¿Adquieren el significado que tienen para el que las escribe o el significado que tienen para el que las lee?
Leer una palabra que indica o conlleva una acción asociada, o más aún, una palabra que refiere a una acción que se utiliza para demostrar un sentimiento, ¿cómo debiera leerse? ¿con qué parte del cuerpo debe leerse un "Beso", así, escrito solamente?
¿Leer una palabra transmite su significado? ¿Es importante el significado de una palabra?
Es decir, cuando leemos en una misiva la palabra "Besos" como cierre final, ¿nos refiere inevitablemente al acto de recibir un beso? ¿Al acto de dar un beso? ¿Al acto de ver a otros darse un beso?
¿Qué puede significar leer al final de un mensaje la palabra "Besos"?
Raquel me ha escrito un texto, un mensaje de texto, lo más parecido a un telegrama.
A Raquel no la veo hace… ya ni lo recuerdo. ¿Cuánto hará que Raquel no me ve, no me habla, no la veo, no la siento, no me importa, no me oye? Pero Raquel firma su telegrama con la palabra “Besos”.
Según su definición, un beso sería:
1.  Acción y efecto de besar.
2.  Ademán simbólico de besar.
3. Golpe que se dan las cosas cuando se tropiezan unas con otras.
4. Golpe violento que mutuamente se dan dos personas en la cara o en la cabeza.
¿Tendré que imaginarme los bigotes de Raquel rozándome las mejillas en la acción y el efecto de recibir un beso suyo? Porque, ¿qué edad puede tener Raquel ahora? Seguro tiene bigotes.
¿Tendré que interpretar el efecto simbólico que haría Raquel haciendo la mímica de un beso? ¿Y cómo sería eso? ¿Habrá fruncido su labios mientras escribía la palabra ‘besos’? ¿Habrá rosado su ajada boca con el borde de los dedos de alguna de sus manos al firmar la misiva? ¿De qué acto simbólico me hablan?
¿Habrá Raquel querido que sintiera un golpe como si nos hubiésemos chocado? Tal vez.
Raquel necesitaba recuperar una receta familiar y me envió un ‘telegrama’, perdón, un mensaje de texto.
A esta altura pensarán que me pidió la receta. Pues no. Raquel no me pidió la receta de la Ensalada Rusa.
Raquel me pidió, en su mensaje de texto, ese que firmó con la palabra ‘Besos’, el teléfono de la tía, la dueña de la receta, la creadora de la tradicional y familiar Ensalada Rusa.
A Raquel no le ha ido bien en la cocina, y exóticos platos, como lo es la Ensalada Rusa, siempre se le complicaron. Y ni qué decir del flan con caramelo. Bueno, a eso todavía no se le anima.
Raquel quería la receta de la Ensalada Rusa. Sí, eso, la receta de la Ensalada Rusa. Y me envió un telegrama, perdón, un mensaje de texto. Y firmó con un beso, con sus besos, con su saliva y su aliento por suerte evaporado.
¿Qué hago con el beso que me envió Raquel?

Solo Raquel puede decirnos qué deberíamos interpretar cuando ella firma "Besos".
Creo que le voy a enviar un mensaje para consultarle cómo debo interpretarlo.

Gracias. Besos.

Enero 2015
Copyright © Laura de la Peña
(todos los derechos reservados)